VISITA BODEGA ALTOLANDON
🍇 Bodegas Altolandon y La Cepa Vieja: historia de una visita con alma
En La Cepa Vieja siempre buscamos vinos con historia, con verdad, con personalidad. Y pocas bodegas representan eso mejor que Bodegas Altolandon. Nuestro camino hacia ellos empezó con una copa de Garnacha Rosalía 2014: un vino que nos sorprendió y nos obligó a visitar la bodega para entender de dónde venía tanta elegancia.
El vino que lo empezó todo
A primera vista, el color del Rosalía 2014 nos sorprendió: intenso, vivo, con una capa alta que no mostraba signos de evolución. En nariz y boca, su elegancia y estructura lo acercaban más a un gran Burdeos que a una garnacha al uso. Esa botella fue suficiente para querer conocer su origen y a las personas detrás de ella.
Así fue como llegamos a Bodegas Altolandon, en Landete, a más de 1.000 metros de altitud entre Cuenca, Valencia y Teruel. Allí nos recibieron Rosalía Molina, alma de la bodega y responsable de elaboración, y Manolo, encargado de las viñas.
El paisaje de Altolandon: altura, viento y carácter
La bodega se encuentra en un valle rodeado de montañas y molinos eólicos. El viento constante mantiene las viñas sanas y los racimos pequeños y sueltos evitan la aparición de hongos. Pasar una noche allí (nos quedamos con nuestra furgoneta junto al viñedo) nos permitió comprobar cómo las bajadas nocturnas de temperatura ayudan a madurar lentamente las uvas y a fijar aromas y acidez.
El sol intenso a esa altitud marca también los vinos blancos, dándoles un tono dorado natural y una identidad propia. En Altolandon prefieren conservar esa autenticidad antes que forzar un color estándar.
La bodega y sus suelos: diversidad y respeto
Otro de los secretos de Bodegas Altolandon es la gran diversidad de suelos y microclimas que poseen, lo que les permite trabajar tanto con variedades autóctonas como Garnacha y Bobal, como con otras más difíciles de encontrar en la zona.
La bodega nació oficialmente en 2006, el mismo año que La Cepa Vieja, aunque ya elaboraban vino desde 1998 en su finca original de 3 hectáreas.
Hoy cuentan con más de 200 hectáreas de viñedo y cuatro naves diferenciadas: fermentación, crianza en tinajas, crianza en barricas y reposo en botella. El trabajo es artesanal y meticuloso, combinando tinajas de barro, roble francés y el paso del tiempo para lograr vinos llenos de equilibrio y personalidad.
El trabajo del frío y el vino de hielo
Las maceraciones en frío naturales y la estabilización con las bajas temperaturas invernales (-15ºC) sustituyen los métodos industriales. En Altolandon se abren las ventanas para dejar que la naturaleza haga su trabajo, fijando color y evitando clarificaciones innecesarias.
Y si hablamos de curiosidades, su vino de hielo es una verdadera joya: se elabora a -8ºC en enero, prensando racimos congelados en la propia viña. Solo se obtiene el 8% del jugo más concentrado y dulce, perfecto para acompañar quesos o postres delicados.
Altolandon y La Cepa Vieja: una unión natural
En La Cepa Vieja tenemos el placer de trabajar con los vinos de Bodegas Altolandon desde hace años. Compartimos filosofía: respeto por la tierra, pasión por el vino y la búsqueda de autenticidad. Su trabajo con cepas viejas, la pureza de su Garnacha Rosalía y la elegancia de sus crianzas son parte esencial de nuestras catas y maridajes en Valencia.
Por nuestra parte, solo nos queda agradecer y admirar la labor de Rosalía y su familia. Han conseguido convertir un pequeño proyecto familiar en una referencia nacional e internacional, demostrando que la pasión y el trabajo constante dan sus frutos.
